“Van a matar a la radio”
El Universal
26/07/2009
“Aquí se han restringido tantas libertades
que dudo que la gente proteste”… “Lo que hay en Venezuela es un plan para matar
a la radio tal como la conocemos hoy en día”.
No le bastan
los micrófonos a Eli Bravo. Desde hace ya años el locutor venezolano, residenciado
en Miami, se sienta frente a su computadora apenas llega a casa y convierte su página web en la tribuna idónea para exorcizar demonios
internos. Sólo que en los últimos meses el tema de la radio, que maneja al
dedo, se ha encargado de robarle el centimetraje.
Escribió un artículo en el que se refiere a
la revocatoria de la concesión de 240 emisoras como un “radiocidio”…
R.- Es que
se ha hablado tanto de magnicidio que creo que el término radiocidio cabe
perfectamente aquí. Lo que hay en Venezuela es un plan para matar a la radio
como la conocemos.
Dice en su artículo que sin embargo
prefiere dejar a un lado el tema político….
R.-Sin dudas
es un tema político. La razón por la cual se está atacando a la radio es
política, pero las consecuencias van a ser también de otra índole. Se va a
afectar desde la calidad de la radio hasta los niveles de producción, pasando
por la información que le llega a la audiencia.
-Dice también que el Gobierno intenta
mostrar una versión de la realidad que terminará por imponerse…
R.- Es que
la estructura de medios que ha montado el Gobierno ha apuntado a eso: A poder
vender su discurso de manera cada vez más atractiva. Mi programa de radio de
ayer fue acerca del caso de Honduras. Zelaya hizo un gran show mediático.
Ahora, ¿cuál fue la plataforma del show? ¡Telesur! CNN, Fox, todos los canales,
se pegaron a la señal de Telesur. Y el discurso era: está regresando el
Presidente legítimo a un país donde no lo dejan entrar, que es el argumento de
los países del ALBA. Se le está dando al mundo la imagen de un hombre que fue
sacado por unos gorilas y que está regresando al poder. De modo que lo que ha
logrado Telesur es poner en el mapa mundial un tema que le interesa al Gobierno
venezolano. Y eso es más grave aún cuando notas que muchísimas emisoras
comunitarias estaban transmitiendo lo mismo.
¿Usted ha escuchado a las emisoras
comunitarias?
R.- He
escuchado algunas. A Radio Arsenal, por ejemplo, que es manejada por el
Colectivo Alexis Vive, y que se vende como marxista-leninista. Me llama la
atención que transmite micros de líderes sindicales y de gente afecta a la
guerrilla que para mí son como unas cápsulas en el tiempo. Pero yo no tengo
problemas en que exista Radio Arsenal, lo que no puedes es negar que exista
otro tipo de radio.
En Estados Unidos conviven Fox y CNN; es
decir, republicanos y demócratas.
R.- Eso es lo
que se llama democratización del espectro. Pero cuando tú dices que vas a
desaparecer 240 emisoras, cuando dices que vas a desmontar los circuitos,
cuando el ministro Diosdado Cabello dice que el problema en la Asamblea es que
en Caracas hay unos opinadores de oficio que le imponen su opinión al resto del
país gracias al satélite, lo que estás diciendo es: Voy a ir contra las
emisoras que me son incómodas.
Eso es lo que usted llama en su artículo
“perversión de los procesos”…
R.- Y eso es
lo peor que ha tenido la administración de Chávez. Este Gobierno ha recurrido a
argumentos que en principio son válidos, como la democratización del espectro,
la redistribución de la riqueza y la reforma del sistema de salud. El problema
es que lo hace desde un punto de vista ideológico partidista para beneficiar a
un sector, para crear una base clientelar en contra de otro al que considera
que debe ser desplazado. Así que lo que ha hecho es pervertir lo que tenía
planeado.
Ya hay cambios en la radio. Hay más música…
R.- Claro,
tal como sucedió con la televisión… Hay emisoras que ya están priorizando la
música y el entretenimiento por encima de la información. O sea que el mensaje
llegó. ¿Cuál? Baja el tono de la confrontación y pasarás por debajo de la mesa.
Y ahí entra otro debate en el que, creo, el Gobierno puede tener alguna base
argumental cierta: el periodismo no debe ser un arma de oposición al Gobierno.
Esa no es su labor, pero tampoco se puede pretender que sean las alabanzas.
Creo que otra vez el periodismo está muy polarizado…
Pero ese no debe ser argumento para cerrar
medios…
R.- No como
para que intentes cerrarlos. Alguien puede decir que el periodismo que hace
Globovisión es amarillismo contra el Gobierno. Y, mira, sobre eso podemos
debatir, pero lo que no puedes es justificar un cierre porque consideres que
ese ataque está en contra de los intereses del pueblo. No es cierto. Es como si
Obama quisiera cerrar a Fox porque no le gusta cómo habla de él. Puedes
criticarla, pero no hacer una campaña y decir que Globovisión enferma a la
sociedad. Porque el brazo del Gobierno es cada vez más demoledor, y el pueblo
está cada vez más desasistido. Y la radio está sintiendo ese golpe que han
llevado otros sectores como el petrolero, la televisión…
¿La actitud de los radiodifusores no ha
sido pasiva?
R.- Es que
el proceso se da de manera particular. Diosdado da declaraciones y genera
preocupación en el sector. Luego va a la Asamblea y dice que va a reformar la
Ley de Telecomunicaciones y enciende las alarmas. Pero han pasado dos semanas y
aún nadie lo conoce. ¿Cuál es el mensaje? ¡Te voy a joder! Pero después bajado
el tono y dice que sí se va a poder transmitir el beisbol, que habrá
excepciones. Pero en ese período los radiodifusores empiezan a negociar. Y
quienes se cuadren con el Gobierno van a sobrevivir, pero por un tiempo. Lo
cual no es lo más adecuado, porque te estás sentando a negociar bajo amenaza.
¿Reconoce que hay que democratizar el
espectro?
R.- Ciertamente
existen los grupos radiales y hay circuitos poderosos, pero son poco más del
30% del espectro. Aquí hay muchos independientes. Pero ahora no se puede hablar
de democratizar el espectro, porque este debate exige un gobierno democrático,
en el que se puedan sentar las partes con un ente regulador plural y que
respete las leyes. Y el Gobierno perdió la objetividad para hacerlo.
¿Cree que la gente protestará por su radio?
R.- Es que
aquí se han restringido tantas libertades y a la gente la han golpeado tanto
que dudo que la gente salga a protestar. Si por algo se tiene que salir a
marchar es por la inseguridad, que es un problema que no identifica ideologías.
Pero Venezuela está cansada. El mejor ejemplo son las campañas presidenciales.
¿Y cuánto le cuesta a la dirigencia motivar a la gente? El poder le gana,
porque tiene una gran chequera. Ese tema del uso de los fondos públicos es
escandaloso, pero se justifica diciendo que en Venezuela siempre ha sido así.
Es como tratar de justificar a un asesino
en serie.
R.- Es como
tratar de justificar a Dexter, a quien le encanta picar a la gente.
Por cierto: ¿qué pasó con el Eli de las
multitudes? ¿Domesticó su ego?
R.- A ese
Eli yo no lo añoro. Fue agradable mientras duró, pero se quedó en los años
noventa.
Simón Villamizar
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